sábado, 12 de diciembre de 2009

La Guajira, medicina tradicional y biblioteca


Desde la Guajira, Colombia, Silvia Marín y Emmanuel Pichón Riviere llevan adelante un emprendimiento comunitario de Web colectiva denominado "Súmese a la expedición botánica" donde es posible participar y acceder a información referente al campo de la etnobotánica y medicina tradicional indígena. Regularmente ofrecen talleres con plantas medicinales en el cual asisten niños de las escuelas que visitan.
En el sitio es posible consultar sobre estudio de plantas ancestrales, farmacopea, tejidos tradicionales como así también costumbres y tradiciones (como por ejemplo los ritos de iniciación femenina en la cultura wayuu, danzas antiguas, patrimonio inmaterial de la comunidad, expresiones religiosas y festividades entre otras). A su vez, en la Biblioteca Departamental de la Guajira existe desde hace tiempo el plan nacional de lectura, contemplando servicios bibliotecarios a minorías étnicas, lingüísticas y/o culturales, entre ellas las culturas indígenas (wayuu, kogui, wiwa, arhuaco), árabes y criollas.



En Colombia algunos estudios estiman en un 7.48% la población negra o afrocolombianos. Ejemplos de bibliotecas étnicas y comunitarias es posible hallar en la comunidad Chomchopri (cuya biblioteca ya posee un aproximado de 400 libros, muchos de ellos en relación con la cultura wayuu, sus estantes son artesanales y su espacio representa un sitio de reunión para los mayores), otros ejemplos los encontramos en los Barrios Fátima y Purimara (taller de oralitura, tejidos tradicionales y servicios de maletines viajeros). Un taller que ha generado especial interés ha sido denominado "Como tejen los wayuu" ofreciendo técnicas ancestrales de hilado y representando una revalorización de la cultura para sus mujeres.


Interesante resulta la experiencia "Los Wiwa en la biblioteca" contando con la representación de Clementina, bibliotecaria wiwa, quien es la mediadora entre su cultura y el mundo exterior (y que viene a cumplir una de las recomendaciones vertidas en el congreso mexicano de 2000 sobre el perfil del bibliotecario en una comunidad indígena, la idea de bibliotecario como puente, como representante y transmisor de su cultura, ofreciendo servicios que respeten el bilingüismo y la oralidad). Una de las implementaciones ofrecidas en este trabajo ha sido la señalización de espacios de los sectores bibliotecarios en lenguas damana y wayuunaiki, generando un punto de integración entre culturas.
Ejemplos que favorecen la interculturalidad desde el terreno de las bibliotecas públicas y el campo de la medicina tradicional originaria.

Agradecemos a Silvia Marín y Emmanuel Pichón por la gentileza de la información ofrecida.

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martes, 1 de diciembre de 2009

Palenque San Basilio: memoria e identidad


Palenque de San Basilio, o San Basilio del Palenque, se encuentra ubicado en el Departamento de Bolívar, Costa Caribe (a 50 kilómetros de Cartagena), cuenta con aproximadamente 3500 habitantes, fundada por esclavos que se fugaron encontrando refugio en los palenques de la Costa norte de Colombia desde el siglo XV. El término otorga definición al lugar que es poblado por cimarrones o esclavizados africanos durante el período colonial. Por ende estas tierras han significado para sus moradores algo así como una guarida y una trinchera, simbolizando el punto de inicio de una resistencia cultural que hoy persiste. Probablemente ese espíritu anide en la conciencia de este grupo de jóvenes palenqueros, estudiantes, bibliotecarios e investigadores de la cultura, quienes han iniciado acciones que representan la lucha de las comunidades afrocolombianas por la abolición de la esclavitud, la reivindicación étnica y el reconocimiento a la diversidad cultural de la Nación.Uno de estos jóvenes, Sinforiano Hernández, investigador de la cultura, ha comentado, en el Congreso sobre Interculturalidad y Biblioteca Pública de Colombia, que para generar un espacio de recreación que fortalezca la identidad cultural es preciso que exista una lengua para expresarla. Los trabajos de escrituras realizadas desde la biblioteca implicaron un proceso muy complejo de trascripción (de palenque a castellano). Si no hubieran llevado adelante ese cambio de conciencia probablemente aquella biblioteca se hubiera convertido, tal como lo expresa su autor, en una iglesia más, como tantas otras debido a los procesos de aculturación realizada por las órdenes religiosas ancladas en comunidades palenqueras. Estas acciones, desde el espacio del dogma religioso, han constituido un silencioso modo de etnocidio cultural, tanto desde las costumbres (los complejos rituales fúnebres como el lumbalú o antiguas prácticas médicas) como desde la lengua (criolla con base léxica española, con características morfosintácticas de lenguas autóctonas del continente africano, en especial la familia lingüistica Bantú).Por otra parte, el historiador palenquero Rubén Hernández explicaba que la comunidad sufrió procesos de discriminación (ya sea por los rituales fúnebres, la condición racial, el tipo de música y la utilización de la lengua materna). Desde 1980 los estudiantes han realizado investigaciones endógenas de la cultura, contando con la ayuda de los abuelos, verdaderas bibliotecas vivas, la mayoría de ellos sin escolaridad, que han aportado conocimientos a través del lenguaje y la memoria. De este modo los bibliotecarios han confrontando escritura y oralidad construyendo identidad a través de los recuerdos.En cuanto a la discriminación pudimos entrever una similitud con las culturas indígenas de Argentina, donde los padres han negado la lengua a sus hijos para que no sufran lo que ellos padecieron: nula inserción laboral, desprecio por la condición social, indiferencia, saqueo y apropiación de tierras entre otros largos etcéteras.


Otra investigadora palenquera, Wana Paula Pérez, ha recordado que desde hace años se considera al idioma inglés como el idioma de la ciencia, en detrimento de las lenguas autóctonas que carecen de espacios para su práctica. Hay objetos (como reloj o computadora) que no encuentran términos en palenquero que permitan un significado, para lo cual los jóvenes intentan estandarizar un sistema ortográfico que se adecue a nuevos conceptos.
De este modo, desde la oralidad, buscan fortalecer la cultura.

Para quienes deseen consultar artículos de interés se recomienda la lectura de los siguientes trabajos, gentilmente cedidos por Jesús N. Pérez Palomino, perteneciente al Proceso de Comunidades Negras y la Corporación Festival de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque y a quien agradecemos junto a Sinforiano, Rubén y Wana.
San Basilio de Palenque: caracterizaciones y riesgos del patrimonio intangible
Sobre la procedencia africana del habla criolla de San Basilio de Palenque

Identidad, memoria, lenguaje, conciencia...palabras que los palenqueros han sabido pronunciar con autoridad en el congreso de Bogotá.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Doña Fiota: la letra y la palabra


Este espacio pretende generar documentos por parte de bibliotecarios involucrados con comunidades indígenas. En este caso presentamos una interesante historia de vida rescatada por José Bessa Freire (Brasil), Profesor del programa del Posgrado en Memoria Social y en el curso de Bibliotecología de la UNIRIO. Autor de numerosos trabajos sobre bibliotecas indígenas.

El siguiente artículo ha sido publicado en el Diário de Amazonas, ciudad de Manaus el 09/12/2007.

Doña Fiota. Se trata simplemente de doña Fiota. Nadie la conoce por su nombre de pila: Maria Joaquina da Silva. Pero también ¿quién llama a Pelé de Edson Arantes do Nascimento o quién conoce a Zumbi, el guerrero imbangala de Angola, por el nombre de Francisco? Basta conversar con ella para darse cuenta que doña Fiota es una mujer vigorosa, un personaje de la historia del Brasil contemporáneo. Tuve el privilegio de oirla en marzo de 2006, en Brasília, durante el seminario sobre las lenguas habladas en Brasil, organizado por la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Diputados y por el IPHAN – Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional. Con su encanto e inteligencia, nos cautivó a todos.
Doña Fiota contó en ese seminario, que su padre era un bahiano que vivia andando por el mundo, en los tiempos del final de la esclavitud. Pasó por el centro-oeste de Minas Gerais, iba pasando cuando vió a la que seria después su madre en cautiverio trabajando, hilando hilo de algodón, se le acercó y perguntó si no le conseguía un trabajo. Acabó consiguiendo un servicio en la chacra de yuca, después se fue quedando y comenzó a enamorar, quedándose y enamorando, hasta que los dos se casaron, tuvieron hijos, nietos, bisnietos.
Los descendientes del andarillo bahiano con la ex-esclava se organizaron después de la abolición de la esclavitud: “Cuando rebentó la libertad, mi madre salió del Ingenio de Ribeiro buscando un lugar. Llegó aqui. Todo era mata. En la subida, había un barro blanco. Ahi fue mi madre que dió el nombre a este lugar de Tabatinga, nombre con el cual los índios tupi nombram al barro. Toda la vida fue Tabatinga. Desde el tiempo de la esclavitud. Solamente ahora es que el nombre mudó para Ana Rosa. Me gustaria cambiar el nombre Ana Rosa”.
La historia de la comunidad Tabatinga - hoy un área de quilombo, situada en el barrio Ana Rosa, en los alrededores de la ciudad de Bom Despacho (MG) – la contó Doña Fiota a los participantes del seminario de IPHAN, pero tuvo que ser traducida, porque la dijo, no en portugués, que ella domina muy bien, sino en una lengua afro-brasileña de origen bantu, llamada Gira da Tabatinga que todavía la usa un grupo de pobladores. (‘Gira’ es una simplificación de ‘gíria’ que en portugués significa ‘jerga’). Fue la primera vez que el plenario de la Cámara Federal escuchó el sonido de una lengua minoritaria de base africana, reconociendo su riqueza, su función histórica y su legitimidad.

El habla de la senzala

La Gira da Tabatinga se hablaba en las antiguas ‘senzalas’ de las haciendas del interior de Minas Gerais. Con ella, los esclavos podian comunicarse libremente sin que el patrón entendiese lo que decían. La lengua libertaba. Doña Fiota cuenta: “No se podia mencionar el nombre de las cosas. Hay assango? No, no hay assango. Hay cambelera? No, cambelera tampoco. Hay caxô? Nada de caxô. Entonces mi madre decía: ‘Catingueiro caxô. Caxô o quê? No Curimã’. Estaba avisando que el patrón había llegado”.
En una entrevista, Doña Fiota da detalles sobre la formación de la Gira da Tabatinga, producto del sincretismo de varias lenguas africanas mezcladas al portugués: “Aprendí esa lengua con mi madre. Ella me hablaba todos los dias hasta que la aprendí. Eso implica toda una historia para nuestra gente, tanto de las partes alegres, como de las tristes”. Recientemente, los pobladores se dieron cuenta que esa lengua que los había libertado, estaba amenazada de extinción, porque no la usan más los niños ni los jóvenes, dice doña Fiota: - “Aqui en el barrio es muy difícil encontrar quien hable la lengua”.
Fue entonces que la comunidad decidió fortalecer en la sala de clase la lengua denominada Gira da Tabatinga, aprovechando la ley promulgada en 2003 que torna obligatoria la enseñanza de Historia y Culturas afro-brasileñas en las escuelas de enseñanza fundamental y media. Dos investigadoras – Celeuta Batista Alves y Tânia Maria T. Nakamura – estuvieron al lado de la lucha por la revitalización de la lengua, que en el pasado fue un poderoso instrumento de resistencia de los esclavos y hoy es una marca de identidad de sus hablantes.
La comunidad consiguió la promesa de que la Secretaria Municipal de Educación remuneraria a una profesora de Gíria da Tabatinga. La cuestión era: - ¿quién daria las clases? Los pobladores no tuvieron dudas: - doña Fiota. Al fin y al cabo, ella era la Real Academia de aquella lengua de quilombo. Sucede que después de un mes de trabajo, cuando fue a cobrar su sueldo, el funcionario de Educación le dijo:- “Ah, ¿es Ud, la profesora? Entonces no le puedo pagar. ¿Cómo justifico el sueldo a una profesora que es analfabeta?”. Doña Fiota rebatió com una respuesta que solo los sábios pueden dar:

- Yo no tengo la letra. Tengo la palabra.

La dueña de la palabra

Con eso, trajo por tierra la postura arrogante y casi racista que discrimina los que viven en el mundo de la oralidad. Enseñó que existe saber sin escritura; que en la situación en que ella, doña Fiota, se encuentra, no necesita la letra, porque usa la palabra para transmitir sus saberes, trocar experiencias y desarrollar suas prácticas sociales. Fue en esa lengua de fuerte tradición oral que crió ye educó sus hijos. Es en ella que hoy piensa, trabaja, narra, canta, reza, ama, sueña, sufre, llora, reclama, rie y se divierte. Doña Fiota dejó muy claro que não es carente de escritura, como dicen algunos letrados. Ella es independiente de la escritura.
Cerca de un millón y medio de brasileños para quien el portugués no es la lengua materna están hoy en la situación de doña Fiota. Hablan una de las 210 lenguas existentes dentro del territorio nacional, 190 de las cuales son lenguas indígenas, ágrafas, sin tradición escrita, pero que son depositarias de sofisticados conocimientos en el campo de las llamadas etno-ciencias, de la técnica y de las manifestaciones artísticas.

- Esos ciudadanos no son menos brasileños que los otros – defiende el lingüista Gilvan Muller, que además de los derechos de las minorias, llama la atención sobre la diversidad cultural y lingüística, tan importante para el país y para la humanidad. Por eso, el Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN), atendiendo al pedido del entonces presidente de la Comissão de Educação e Cultura da Câmara dos Deputados, Carlos Abicalil, organizó el seminario en 2006 para discutir como proteger esas lenguas y el rico patrimonio intangible que representan.
En ese seminario participaron técnicos, especialistas y hablantes de diversas lenguas, entre las cuales Guarani, Nheengatu, Língua de Sinais (Libras) y una variedad del alemán hablado en el sur de Brasil llamada Hunsrückisch. En esa ocasión, se creó un Grupo de Trabajo Interinstitucional, formado por cinco ministerios, una ONG y una entidad internacional, que produjo un informe sobre como registrar esas lenguas y proteger la diversidad lingüística del país.
Ahora ese informe será debatido. El próximo jueves 13 de diciembre, en Brasília, habrá una Audiencia Pública de la Diversidad Lingüística del Brasil, organizada por la Comisión de Educação da Câmara dos Deputados y por el IPHAN. Ojalá que doña Fiota, la dueña de la palabra, este allí otra vez. En caso afirmativo, volveré a oirla y cuento todo el próximo domingo.


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